• La cubierta del tejado de la fachada principal se derrumbó a comienzos de la pasada primavera y hubo que repararla con una actuación de urgencia en verano

A principios de la pasada primavera se derrumbó la cornisa de la fachada principal de la parroquia de Santa Catalina. Las copiosas lluvias que cayeron a finales de marzo de 2024 terminaron con la resistencia de un tejado que se hallaba muy deteriorado. Un mes antes, se había caído un trozo y había hecho saltar las alarmas. De forma preventiva, las pocas procesiones de Semana Santa que pudieron salir de esta parroquia lo hicieron por la puerta lateral de la calle Priego. Apenas unos días después de concluir la Semana Mayor el grueso de la cornisa cedía de forma definitiva y caía sobre la escalinata que hay a la entrada de la parroquia.

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De inmediato, el sacerdote David Matamalas, que ya había tomado la decisión de clausurar temporalmente esta entrada, se dirigió al Ayuntamiento para buscar financiación. A su vez, el alcalde David Ruiz contactó con el presidente de Diputación, Salvador Fuentes, para que la institución provincial costeara las obras. En este sentido, Ruiz ha agradecido la predisposición del presidente Fuentes para sufragar este gasto. En cuestión de semanas se preparó el proyecto y se acometieron las obras, que para el verano ya estaban concluidas.

Después de que desde el Ayuntamiento se haya hecho la gestión para cumplimentar los requisitos de la subvención, ahora la Diputación ha hecho el ingreso correspondiente. El montante total de la actuación se eleva a 10892 euros. La gran mayoría, diez mil, los ha puesto la administración provincial. El resto ha corrido por cuenta de la propia parroquia, a través en especial de las donaciones de la feligresía.

El párroco ha dado las gracias a los responsables de ambas administraciones para costear el arreglo. Como ha subrayado, la antigua cornisa estaba construida con materiales de hace más de un siglo. Así, el derrumbe arrojó a la plaza contigua a la iglesia en torno a una tonelada de escombros. Con esta actuación, los tejados de la parroquia se encuentran en buen estado. El sacerdote ha recordado que los de la fachada lateral se restauraron hace doce años.

Sí está pendiente terminar la reconstrucción de los salones parroquiales. El proyecto se remonta a hace dos décadas (la licencia es de 2003) pero se empieza a ver su conclusión. David Matamalas calcula que la fase final podría ponerse en marcha “en unos meses”. Cree que, una vez terminado, sería un centro que generaría “mucho movimiento social” en Rute.